Necesito que sepas que nunca antes sentí el cariño como ahora lo siento. Que nunca nadie hizo de mis sueños los suyos, de mis lágrimas su propio dolor. Nunca antes he deseado compartir mi vida entera. Nunca antes había pensado en un para siempre, en un sin ti nunca jamás. Y es que cuando te miro no veo sino más de mí, con otros ojos, con otro rostro, pero hecho de la misma materia, como dos vasos del mismo vino, dos manzanas de un mismo árbol.
Quiero que me preñes, que obres en mí el milagro de la vida, que viertas tu ardiente semilla en mi interior, creando con tu cariño un nuevo ser. Un pequeño corazón que lata al compás del mío, que crezca cada día alimentándose de mi sangre y tus caricias. Quiero verte sostener entre tus hermosas manos, que parecen esculpidas en mármol, al fruto de la pasión que nos confesamos. Traer para ti, a este mundo cruel, una criatura que habrá de ser angelical, por haber nacido del más puro y tierno amor.
Quiero besar tu miembro erecto, darle las gracias. Que tú beses la entrada a mis entrañas, como si de la puerta de un templo se tratará. Quiero oír mi nombre en tus labios y decirte cuan desesperadamente, apasionadamente, ávidamente te amo y necesito tu presencia. Quiero mirar cómo tus ojos se cierran y tu alma se abre entregada al éxtasis y culminación del placer mientras tu ser, del modo más dulce me inunda y creas tres donde antes había un par.
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